DESDERAYUELA
jueves, 12 de noviembre de 2020
sábado, 14 de septiembre de 2019
Liderazgo y Comunicación: discusiones actuales.
Liderazgo
y Comunicación: discusiones actuales.
Dr. Ángel Emilio Deza Gavidia, Universidad de
Carabobo, aedeza@uc.edu.ve ,
Telf.:
04265447774, alejandraguinand@gmail.com,
Telf. 04162486892.
Lic. Alejandra Guinand, Universidad de
Carabobo,
Resumen
Exploramos tendencias
recientes en investigaciones que vinculan comunicación y liderazgo, destacando
semejanzas: competencias comunicacionales y diferencias énfasis en distintos
aspectos teóricos. Palabras clave: Comunicación, Liderazgo, Competencias,
enfoques teóricos.
Si dos temas han tenido atención en el ámbito
investigativo de las ciencias humanas y sociales, y más aún en las ciencias gerenciales
han sido el del liderazgo y el de la comunicación. Son incontables las definiciones que de una y
de otra han sido publicadas atendiendo igualmente a múltiples criterios
conceptuales y disciplinares. En el caso de la categoría “liderazgo” y con ella
la de “líder” se reportan poco más o menos mil cuatrocientas dilucidaciones
disímiles y con múltiples posibles usos (Volckmann, 2012) . No obstante, pesquisas recientes en
importantes centros de investigación han redescubierto la estrecha vinculación
entre la noción “liderazgo” y la de “comunicación”, de las cuáles han surgido
al menos cuatro tendencias centrales: “Liderazgo comunicativo” (Eriksen (1998), Axäll, (2004), Simonsson (2002), Johansson,
Miller, & Hamrin (2011)), “Comunicación
de Liderazgo” (Barrett, (2006)), “Liderazgo Resonante” Garay M. (2010), “ y
“Comunicación Liderazgo” (Hertzsch, Schneider,
& Maier (2012) y Mayfield & Mayfield (2017))
La presente disertación pretende realizar una
comparación entre tales tendencias, en cuanto a los fundamentos y tradiciones
intelectuales en las que se establecen, así como entre sus supuestos y
categorías secundarias.
Es decir que nos trazamos como objetivos:
1. Analizar
diversas teorías actuales que vinculan el liderazgo con la comunicación
2. Realizar
una comparación entre las tendencias teóricas analizadas.
Para ello se ejecutó una indagación de
carácter bibliográfico en literatura científica publicada en diferentes
idiomas, estableciendo un estado del arte y luego ejecutando una comparación de
carácter teórico entre las diferentes tendencias identificadas en cuanto a la
relación entre liderazgo y comunicación. De ello se obtuvo que tienden a
coincidir en la necesidad de competencias comunicacionales desarrolladas por
los líderes y a diferenciarse en cuanto a la influencia de diversos factores
tales como la transferencia de sentido o significado versus la construcción de
sentido y significado, la priorización por la influencia del encuadre en la
teoría del liderazgo comunicativo, de la inteligencia emocional en las teorías
de comunicación de liderazgo y liderazgo resonante, y finalmente la de la Teoría
del Lenguaje Motivador y la teoría de los actos de habla en la tendencia
autodenominada Comunicación Liderazgo.
Liderazgo Comunicativo: Se trata de una tradición
de investigación y teorización realizada en universidades de Suecia desde
finales de los años 90 del siglo XX. Destaca como precursor el estudio de las
capacidades comunicativas de los líderes del sector público en el contexto del
Estado de Bienestar, realizado por el politólogo sueco Erik Oddvar Eriksen
(Eriksen, E. O. (1997). Kommunikativt ledarskap - om styrning av offentliga institutioner.
Göteborg: Daidalos.)
Antecedentes: A partir del estudio publicado
por (Eriksen, 1998) se plantea un nuevo tipo de filosofía
de liderazgo y dirección de organizaciones empresariales modernas con
pretensiones de ser más humana y racional, anclada en la valorización adecuada
de la formación y personalidad de los colaboradores (Axäll, 2004, pág. 8) . Tal filosofía
critica expresamente las tesis del Taylorismo, en particular el autoritarismo del
liderazgo que se deriva de ello y que se tradujo en el carácter jerárquico y
rígido del contexto organizacional
Parte de la constatación de transformaciones socio
históricas de las últimas décadas del siglo XX que han impactado
cualitativamente en cuanto a: mejoras de los trabajadores en cuanto a su
formación académica (habilidades superiores), a la consecuente demanda de
reciprocidad y democratización, a modificaciones profundas en las empresas en
cuanto a modelos de gestión (mayor complejidad organizacional, superior
valorización de los procesos, ampliación del flujo de información y mayor
cantidad de conductos de comunicación) (Axäll, 2004) . Entre los cambios
resaltan el descarte de las jerarquías controladoras y reguladoras
pronunciadas, que progresivamente fueron sustituidas a partir de las
descentralizaciones y conformación de equipos de trabajo, nuevos roles de
liderazgo.
El liderazgo solo puede
"sobrevivir" al pasar de un enfoque estratégico a un enfoque
orientado a la comprensión " (Eriksen, 1998, pág. 175) .
El otro cambio tiene que ver con la visión
del hombre. Que se habría traducido en necesidad de cambiar de ser meramente
dador de órdenes en una comunicación unidireccional a una perspectiva de
diálogo revalorizándose la capacidad de comunicar de los líderes. (Axäll,
2004, pág. 11)
Eriksen, citado por Axäll, Jenny (2004) enfatiza en que “Lo que se requiere son las
organizaciones descentralizadas, así como la racionalidad comunicativa en la
forma más pura posible” (Axäll, 2004, pág. 48) de las decisiones
complejas.
Por su parte (Johansson, Miller, & Hamrin, 2011) han orientado sus
estudios a partir de la valoración de la interacción de los líderes y empleados
en el contexto organizacional, los resultados y cambios que se han producido en
las organizaciones, tomando como variables centrales “diálogo, fijación
participativa de metas y explicación de los propósitos, participación en la
toma de decisiones, creación de energía y compromiso, evaluación del desempeño
y retroalimentación, intercambio de conocimiento, establecimiento de
colaboración e implementación de decisiones (Johansson, Miller, & Hamrin, 2011, pág. 9/10) .
De esta mirada teórica puede identificarse
como supuestos generales: (1) “los cambios estructurales sociales allanaron el
camino para una mayor Liderazgo comunicativo.” (Eriksen, 1998, pág. 175) ; (2) “los líderes
comunicativos son mejores comunicadores que otros líderes y gerentes, y que
tienen profundas influencia en las actitudes, el bienestar y el rendimiento de
los empleados” (Johansson, et al. 2011, p. 7), y (3) Co-construcción dinámica
de significado entre los actores de la organización” (Johansson, et al., 2011,
p. 15), mediante la cual “los individuos dan sentido al desarrollo de
conversaciones construyendo significado”
La categoría central de esta teoría es el liderazgo
comunicativo, desarrollada por equipos
de investigación en Suecia, entre los que resaltan Eriksen (1998), Axäll(2004), Johansson, et al (2011), (Simonsson, 2002) , además de a
Högström, Bark, Bernstrup, Heide, & Skoog (1999) y Nordblom &
Hamrefors, (2007) se fundamenta primordialmente en el construccionismo social,
subrayando habilidades del líder para elaborar discursos, la capacidad tanto de
construir como de otorgar sentido y de enmarcar las situaciones.
El Liderazgo Comunicativo es entendido en
estas investigaciones como una destreza o un conjunto de destrezas practicadas
por el líder en la acción de tejer sus disertaciones, lo que implica su competencia por una parte para construir y
conferir sentido y por otra de,
simultáneamente, encuadrar las situaciones. (Johansson, et al, 2011, p. 8)
Identifica y expone la teoría del liderazgo
comunicativo cuatro características individuales, a manera de prerrequisitos
que deben cumplir los líderes cuya fortaleza básica es la comunicación:
(1)Noción profunda acerca del tema
comunicacional, de lo que deriva la programación juiciosa e intencional de
diversidad de modalidades de comunicación adecuadas situacionalmente y de
acuerdo a características propias de sus interlocutores, (2) Formación
constante en técnicas comunicacionales. (3) Buena predisposición respecto al
hecho comunicacional, (4) Habilidad comunicativa. (Johansson, et al. 2011,
p.13)
Los principios deducidos de las
investigaciones en tanto cualidades desarrolladas por el líder comunicativo son
ocho (1)Promoción de la autogestión de los seguidores mediante adecuada
delegación de autoridad, la asunción de rol de coach, transmisión de convicción
y ofrecimiento de soporte; (2) Suministro de pautas estructurantes
facilitadoras del trabajo, con escucha activa de la retroalimentación recibida
de los trabajadores y voluntad de corrección, (3) Establecimiento participativo
de expectativas claras, prioridades, objetivos y metas bien delineadas, así
como pautas de evaluación; (4) Postura accesible, respetuosa, empática; (5)Teje
redes comunicacionales que le permita la compilación y procesamiento de
información oportuna y pertinente para conocer y promover potenciales acciones
remediales; (6)Practica la receptividad efectiva frente a las oportunidades de
mejora sugeridas por los seguidores; (7) Ejercicio del diálogo activo, con
tendencia a manifestarse carismáticos y visionarios. Proporcionar el encuadre de
las situaciones e influir en la construcción de sentidos y (8) Participación
activa en la construcción colectiva de sentido, involucrándose en diálogo
constante y utilización de historias y narrativas, así como pláticas formales e
informales.
Por otra parte, el liderazgo comunicativo se
caracteriza por el uso de las herramientas comunicacionales, de manera
transparente, consciente, sistemática, en un marco de cultura abierta, como
medio cardinal en la ejecución del control organizacional. A partir de lo cual
se logra el entendimiento y participación de los seguidores, por la permanente
práctica de la plática formal e informal en intercambio de sentires y sentido (Simonsson
2002 y Axäll 2004). Los autores acusan el peligro de que pueda apreciarse a los
seguidores o colaboradores como entes pasivos, por lo cual de manera explícita
reconocen en ellos a comunicadores activos, de lo que deriva que para el
liderazgo comunicativo es esencial tal característica de los seguidores así
como las características del contexto organizacional. (Simonsson, 2002)
De allí que la valoración de los
colaboradores se asume como primordial, por lo que el líder busca
explícitamente ser fuente de inspiración, así como generador de las condiciones
más favorables para el logro del éxito por parte de cada uno de los miembros
del equipo de trabajo (Axäll, 2004)
Este tipo de liderazgo, según comparte Simonsson
(2002) demanda que la interacción entre los integrantes sea, además de
expresiva, emocional, para lo cual son prescritas un conjunto de movimientos
significativos: El diálogo
permanente acerca de las cosas grandes y pequeñas de la organización, el
intercambio honesto y sincero, así como, la creación de significado.
Por su parte (Tufvesson, 2004) sostiene que, aun cuando se reconoce
que una de las funciones fundamentales del liderazgo es lograr en otros el
cambio de comportamiento y conductas, “Nadie puede cambiar a nadie más. Solo a
través de conversaciones e intercambio de argumentos, en un diálogo real, los
actores pueden revisar sus puntos de vista para que conduzcan a un cambio en el
comportamiento y la conducta” (Tufvesson, 2004) citado por (Axäll,
2004, pág. 50)
Sostiene Eriksen (1998, p. 50/51) que lo hace
distintivo este tipo de liderazgo es la interconexión de decisiones y
comunicaciones pasadas, presentes y futuras, lo que se traduce en una característica
muy importante como lo es la predictibilidad de las decisiones y del
comportamientos del líder, lo que deriva en confiabilidad. Igualmente, el equilibrio
entre la confianza en tanto aceptación de pertenencia al grupo y la distancia
necesaria para el ejercicio de la autoridad.
El elemento que queremos resaltar en esta
tendencia teórica está en la construcción colectiva de significados a partir
del sentido que los participantes dan al desarrollo de los diálogos. De ello se
capta la influencia enfoques sociológicos tales como el interaccionismo
simbólico y el construccionismo social pues en el estudio cualitativo de los
discursos de los líderes se identifica las nociones de: enmarcar
(interaccionismo simbólico) y dar sentido y crear sentido (construccionismo
social).
Entonces se asume que el seguimiento de
lineamientos por parte de los empleados implica la comprensión construida
colectivamente en diálogo e interacción, a partir de la capacidad del líder de
enmarcar la situación y otorgar sentido mediante el uso apropiado de narrativas
(Johansson, Miller, & Hamrin, 2011) .
Para los efectos de estas investigaciones el
enmarcar o encuadrar se entiende, a partir de (Goffman, 1974) como la acción de delimitar o
puntualizar lo que acontece en una determinada situación, en términos de
especificar qué es lo que se incluye, que se excluye y en que se está haciendo
énfasis. Por su parte, la creación o construcción de sentido implica el despliegue
de significados que pudieran ordenar operaciones futuras, a manera de
involucramiento de todos los actores pertinentes (líderes y seguidores) en
influencia recíproca en la comprensión de los problemas y quehaceres
organizacionales.
Entre las variantes identificadas de esta
teoría se encuentra la teoría de la comunicación de liderazgo expresada en la transmisión
de significados y sentidos. Esta teoría es reivindicada por (Barrett, 2006) quien es profesora en la Rice University
in Houston, Texas, USA, En este caso la autora reclama la originalidad de su
concepto de “leadership communication” adjudicándole alta apreciación a partir
de la optimización de las aptitudes, habilidades y competencias de comunicación
de los líderes desde la aplicación de inteligencia emocional en la comunicación
empresarial efectiva.
Para este autor se trata de “la transferencia
de sentido controlada y con propósito por la cual los líderes influyen en una
sola persona, un grupo, una organización o una comunidad. (…) utiliza toda la
gama de habilidades y recursos de comunicación para superar las interferencias
y crear y entregar mensajes que guíen, dirijan, motiven o inspiren a otros a la
acción”. (Barrett, 2006, pág. 389)
La comunicación de liderazgo estriba en la habilidad
de transmitir un perfil positivo, o más específicamente, un espíritu positivo, tanto
dentro como fuera de una organización, labrando una excelente notoriedad, lo
cual está vinculado con la confianza que se inspira y la credibilidad percibidos
por los interlocutores, quienes los aprecian como conocedores, con autoridad, honestos
y confiables.
Un elemento clave en esta concepción es el
desarrollo superior de la inteligencia emocional en tanto capacidad de
comprender las propias emociones y las de otras personas (Barrett, 2006) , lo cual vincula esta categoría con la
desarrollada por Garay M. (2010) quien
propone la categoría liderazgo resonante, en la cual se entiende la
“resonancia” como “el resultado de la comunicación emprendida por el líder y
que impulsaría la acción sobre la base de un clima emocional positivo” (Garay M.,
2010, pág. 65) ,
la cual partiría de la regulación de las emociones vía sistema limbillo o
límbico, en correspondencia con las propuestas enunciadas por Goleman en su
tesis acerca de la Inteligencia Emocional, pero con la incorporación de otro
elemento teórico que denomina modelos mentales: ” En la mente llevamos imágenes,
supuestos e historias, denominados `modelos mentales´, los que no sólo
determinan el modo de interpretar el mundo, sino también la manera de actuar” (Garay M.,
2010, pág. 65) .
Tales modelos podrían ser conscientes o inconscientes, explícitos o
sobreentendidos, modificando o distorsionando la apreciación que cada persona
tiene acerca de los mensajes que le son transmitidos.
La otra tradición relevante en cuanto a la
relación de la comunicación con el liderazgo en lo que se ha dado en llamar
Comunicación Liderazgo, la cual es producto a de la convergencia en una misma
categoría de dos tradiciones. Por una parte está la propuesta que viene siendo
desarrollada en Alemania, específicamente en la Universidad Koblenz Landau desde
la Psicología de la Comunicación por el equipo conformado por Hertzsch, H.,
Schneider, F. M., & Maier, M., y por la otra está la propuesta, de origen
estadounidense, del equipo de Jackeline Mayfield y Milton Mayfield de la Texas
A&M International University, y de la Association for Business
Communication, cuyo punto disciplinar de arranque es la Comunicación
Empresarial como campo multidisciplinar y multicultural (Mayfield & Mayfield, 2017)
La tradición alemana se concreta en un modelo
que comienza por reconocer, a partir de múltiples investigaciones empíricas,
que de las teorías desarrolladas en torno al fenómeno del liderazgo la que se conecta
más con las competencias comunicativas es la del liderazgo LMX, dado la
consideración de la diada líder/seguidores y sus énfasis en la valoración
otorgada por estos últimos. Así mismo, identifica posibilidades de acuerdo
entre los teóricos en torno a la noción de “habilidades o competencia de
comunicación” en su relación con otras tantas competencias ancladas en
prerrequisitos tales como el conocimiento previo. Para ellos tales habilidades
tendrían componentes comportamentales y cognitivos, pero más importante e
influyente sería “el criterio de definición de la adecuación situacional y social
del modo de comunicación” (Hertzsch, Schneider, & Maier, 2012) . Es decir que en
este modelo el contexto de la valoración de la competencia comunicacional del
líder estaría determinada por el marco normativo de la organización, pero
también moderada por la cultura organizacional. Así mismo se reflejaría en tres
dimensiones, a saber: (1) Comprensión de la cultura corporativa pertinente en
términos de los aspectos de formulación verbal correspondiente, acerca de las
redes sociales específicas, así como los correspondientes rituales; (2) destrezas
apropiadas para adecuar el conocimiento en función de implementar modificaciones de los comportamientos;
(3) disposición positiva a aplicar efectivamente
los conocimientos y habilidades existentes.
Las cuales se concretan en un conjunto de características
de la comunicación liderazgo:
1) El
líder informa y anima generando expectativas positivas y propiciando aliento
para avanzar en el tema de referencia.
2) Se
parte de que tanto líder como seguidores ostentan al menos un mínimo de capacidades
comunicativas, que contienen las de
carácter cognitivo y las de modalidad conativa (capacidad de dirigir la
conducta del oyente)
3) Herramientas
de competencia comunicativa:
a. Habilidad
de expresión verbal nítida y precisa.
b. Capacidades
motivadoras
c. Mutua
disposición a la retroalimentación en atención a optimizar las propias habilidades en atención a ulteriores
interacciones
d. Satisfacción
tanto de líder como de colaboradores en función de compartir la interpretación
de lo platicado.
e. Manejo
de variables de contexto moderado tales como la satisfacción laboral, el
compromiso y los comportamientos de rol adicionales (ciudadanía, familiaridad)
de los colaboradores
Por su parte la tradición estadounidense manifiesta
su influencia clave en la llamada Teoría del Lenguaje Motivador atribuida a
Sullivan (1988), la que a su vez se desprende de la Teoría de los Actos de
Habla (Austin, 1975 y Searle, 1969). Tales teorías están ancladas en supuestos
tales como: (1) Preferencia por las locuciones orales en la comunicación líder/
seguidores, (2) Imprescindible la coherencia entre propósitos, acciones y
palabras en función de la influencia sobre los comportamientos de los
seguidores, y (3) La influencia del líder tiende a ser la variable
interviniente en el efecto del lenguaje
motivador en cada contexto determinado. (Sullivan (1988) citado por (Mayfield, Mayfield, & Kopf, 1995) )
En todo caso se asume que el papel del
lenguaje motivador es el de disminuir la incertidumbre de los colaboradores en
los procesos organizacionales, así como el de propiciar el salto desde las
creencias típicas de las predisposiciones de los individuos hacia el
conocimiento certero de los esquemas mentales promovidos por la organización. (Mayfield, Mayfield, & Sharbrough, 2015) , aun cuando la
competencia comunicacional incluye la creación de significados o sentido, así
como la construcción colectiva de modelos mentales que incidan en la identificación
simbólica (roles, estatus, propósitos sociales, valores).
Desde la teoría de los actos de habla se
entiende que los líderes utilizan estos como promotores de actos de
comportamiento, asumiendo de entre los tres tipos (Perlocucionario, locucionario
e ilocucionario) es el locucionario el que incide en la construcción de
sentido, es decir, en la asimilación por parte de los trabajadores de los
modelos mentales, valores, prácticas, entre otros elementos de la cultura
organizacional, mientras que del acto Ilocutorio se deriva la empatía que
facilita el vínculo humano, y el Ilocutorio es utilizado para direccionar el
logro de metas. Por ello se asume que en
los actos de habla se abarca se realiza completamente la Comunicación
Liderazgo, aun cuando se reconoce una amplia influencia de los factores
derivados de la cultura organizacional, o también aquellos de orden
institucional, con los que se co-crea la realidad organizacional.
En fin, luego de explorar las diferentes
tendencias actuales en torno a la relación entre comunicación y liderazgo
podemos extraer:
1. Existen
al menos cuatro corrientes explicativas que se diferencian fundamentalmente en
cuanto al anclaje en diferentes tradiciones teóricas y disciplinas de las
ciencias sociales. Aun cuando tienden a coincidir en el elemento
correspondiente a las necesarias competencias comunicacionales que debe exhibir
el liderazgo en las organizaciones: Liderazgo comunicativo, comunicación de liderazgo, Liderazgo
Resonante y Comunicación Liderazgo.
2. Las
teorías de Liderazgo comunicacional y de Comunicación Liderazgo coinciden en
otorgar a la competencia de liderazgo la facultad de construir colectivamente
sentido y significado. La primera explícitamente desde las teorías micro
sociológicas del interaccionismo simbólico y la del construccionismo social y
la segunda desde la teoría de los actos de habla y del lenguaje motivador.
3. La
teoría de la comunicación de liderazgo enfatiza en la transmisión de sentido
(no incluye la construcción) e incorpora la Inteligencia emocional,
coincidiendo con la teoría del liderazgo resonante. Esta última a su vez destaca la noción de modelos mentales,
que también es recogido por la teoría Comunicación Liderazgo.
4. Se
distingue la teoría Comunicación Liderazgo por el valor otorgado a la
influencia de las variables derivadas tanto de la cultura organizacional como
de los factores institucionales. En el caso del liderazgo comunicativo se
reconoce la influencia del contexto y el carácter activo de los seguidores.
Referencias Bibliográficas
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http://integralleadershipreview.com/7064-barbara-kellerman-and-the-leadership-industry/
Homenaje a Pablo Neruda el luchador revolucionario, en sus 114 años
Homenaje a Pablo Neruda el
luchador revolucionario, en sus 114 años.
Dr. Angel Emilio Deza
Como homenajear al que
quizás haya sido el poeta latinoamericano más destacado del siglo XX. Yo diría
que conociéndolo mejor, su vida, su obra, su lucha. Integrándolo a nuestra
vida.
Descubriendo las
encrucijadas en que se cruzan los hilos de nuestras vidas.
Hoy rendimos homenaje al
gran luchador social y político que resultó ser el gran poeta Chileno,
nuestroamericano, camarada Pablo Neruda, justo a los a los 114 años de su
nacimiento y 82 años del inicio de esa gran herida aun no cicatrizada en la
historia de la humanidad como lo es la Guerra Civil Española.
No dudo ni por un instante
que desde su talante bolivariano estaría acompañándonos en esta lucha por la
segunda independencia, por nuestra completa descolonización, por nuestra
liberación de quienes pretenden torcer nuestro brazo frente a la férrea
decisión de ser soberanos.
Coincido en tal sentido con Marcos
Pinto Echeverría, cuya lección de vida escuché con mucha atención el jueves
pasado en el Museo de Valencia, pues lo recordó desde las vivencias de lucha en
su Chile natal, cuando puso su nombre a disposición por la unidad de los
revolucionarios chilenos en la conquista del gobierno por la vía democrática,
para luego acompañar al gran Salvador Allende en esa brillante lección de
dignidad humana que resultó ser el gobierno de la Unidad Popular entre 1970 y
1973.
Yo soy de otra generación,
de otra formación y de otras vivencias. Por ello agradezco me hayan dado la
oportunidad de ser el vocero de este homenaje en la celebración de los ciento
catorce años de vida del insigne Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basualto
(1904/1973) mejor conocido como Pablo Neruda.
Y, brindo este homenaje
desde mi formación, o dirían mis amigos de Barinas, desde mi deformación
disciplinar, siendo incisivo en el conocer a este ser humano ejemplar desde las
preguntas ¿por qué pensó Neruda como pensó? ¿Qué fuerzas históricas moldearon
su discurso en tanto tal, incorporando sus prácticas y sus luchas? Siempre bajo
la convicción del supuesto de que la conciencia social está determinada por el
ser social por lo que los seres humanos en tanto seres históricos, somos siempre
el resultado de las tensiones dialécticas de nuestras fuerzas internas con las
de las circunstancias en las que nos ha tocado vivir.
Y en este examinar con
acento sociológico, pero sin la pretensión cientificista de la objetividad del
conocimiento, me adentro yo mismo en la intersección de mi vida con la vida de
Don Pablo Neruda, como él se reconoció en su intersección de vida con nuestro
libertador Simón Bolívar, cuando escribió:
Yo conocí a Bolívar una
mañana larga,
en Madrid, en la boca del
Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no
eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la
Montaña, dijo:
"Despierto cada cien
años cuando despierta el pueblo".
Porque como parte de la
magia que caracteriza nuestra visión del mundo a lo garciamarquino, nos
encontramos con Neruda en Bolívar, en las luchas por la liberación de los
pueblos oprimidos, en el comunismo, en la viva herida que el fascismo hizo a la
República Española con su cruenta guerra civil de 1936 a 1939, y la otra de
aquel 11 de setiembre del 73 contra el pueblo chileno. Siendo que ante esta
última cantaría nuestro Alí Primera:
La montaña quedó muda
partida por la mitad
No canta Pablo Neruda los
versos del General
Porque era mucho poeta
Para ver morir su pueblo
Y sobrevivir al hecho.
Y nos encontramos en este
nuevo renacer de Bolívar en su bicentenario, con su pueblo levantado siguiendo
sus ideales como bien lo profetizó el poeta, siguiendo a ese otro gigante
bolivariano Hugo Chavez Frías.
Entonces conocemos a Neruda
primero desde el reconocimiento de la época en que le tocó forjarse como
luchador.
Su micro biografía,
convencidos de que fue marcado indeleblemente por sus vivencias, sus seres
queridos y su tierra.
En Confieso que he vivido,
el poeta nos deja entrever su idea de que su vocación la hereda de su madre
cuando comenta: “Allí había un retrato de mi madre. Era una señora vestida de
negro, delgada y pensativa. Me han dicho que escribía versos, pero nunca los vi,
sino aquel hermoso retrato”. Mientras que su pasión por los desposeídos, por
los trabajadores, obreros y campesinos, tendría raíz en su padre, del cual
decía: “Salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los
diques del puerto de Talcahuano, terminando como ferroviario en Temuco. Era
conductor de un tren lastrero…”
Y aquí abro un paréntesis
para aquello de los cruces y encrucijadas, pues también mi abuelo era
trabajador ferroviario, en este caso en los tranvías de la Madrid de los años
20 y principios de los 30 del siglo XX.
El mundo en el que se forjó
Neruda fue un mundo de transición. Poco menos de ochenta años de independencia
del imperio español, el cual rápidamente fue sustituido en su hegemonía mundial
por el imperio inglés que comandaba a otros tantos imperios europeos que
conquistaron y colonizaron África, Asia y Oceanía: Francia, Holanda, Bélgica
por un lado, Japón, Rusia, Turquía entre otros disputándose las influencias
políticas, los territorios y los mercados. Y en América, con su doctrina
Monroe, el imperio estadounidense construyendo su hegemonía sobre la base del
gran garrote.
En Europa y Norteamérica se
había consolidado la revolución industrial y con ella el liberal capitalismo
salvaje. La clase obrera, nueva clase hija del capitalismo se consolida como
tal y de ella surgen doctrinas políticas en la búsqueda de su emancipación del
duro yugo con el que ya nació en el marco de las relaciones sociales de
producción propias del capitalismo: el socialismo libertario, el socialismo
utópico y el socialismo científico.
Los primeros veinte años del
siglo XX en la historia eurocentrista nos destaca esa enorme confrontación
inter imperial que desataría la llamada Primera Guerra Mundial (1914/ 1919) y
en su contexto la primera revolución socialista de la historia: la Revolución
Rusa (1917).
En nuestra américa, la
américa morena, los procesos de modernización se daban de manera desigual entre
los diferentes países, como procesos de inserción de nuestras sociedades en el
mercado capitalista mundial. Pasábamos de ser sociedades agrarias envueltas en
guerras intestinas lideradas por caudillos, y guerras entre pueblos hermanos
(por ejemplo, la Guerra del Paraguay de 1860 y 1870, o la llamada Guerra del
Pacífico de 1873 entre Chile y Bolivia, a partir de la cual Bolivia pierde su
acceso al mar y la Guerra Civil chilena de 1891) a sociedades urbanas
subdesarrolladas en vías de industrialización. Destaca en este contexto la
relevancia de la Revolución Mexicana de 1910.
El Chile de finales de siglo
XIX y principios de XX era una sociedad en transición de una típicamente
agraria, en la que el origen del poder político era la propiedad de la tierra,
a otra en la cual se fortalecía la economía minera constituyéndose una
oligarquía urbano rural fundamentada tanto en la propiedad de la tierra como en
los grandes capitales. Es una sociedad en la que comenzaban a crecer, con la
migración del campo a la ciudad, grupos de artesanos, técnicos, funcionarios
públicos y oficiales del ejército como sectores medios y la reciente clase
obrera con los campesinos que permanecieron el ámbito rural. Era una sociedad
lejana a la armonía, muy por el contrario, con ardientes conflictos sociales en
el cual estaba siempre en la palestra la denominada “Cuestión Social”
manifiesta en continuas huelgas y protestas populares protagonizadas por los
trabajadores.
Tocó vivir al poeta los
influjos lejanos de la primera guerra mundial y de la Revolución Rusa, pero ser
protagonista de la Europa de los preparativos de la Segunda Guerra Mundial, con
los esfuerzos geoestratégicos del gran capital por contener el avance y
consolidación en Europa de la experiencia socialista: el surgimiento del
Fascismo, del Nazismo. Padeció en carne propia la Guerra Civil Española
(1936/1939) la Segunda Guerra Mundial (1939/1945) y con ella la entrada a la
llamada Era Atómica, los procesos de descolonización de los años 50, Las
Guerras en Indochina, la Revolución Cubana, la Guerra Fría, las crudas
expresiones del Neocolonialismo en nuestra américa (República Dominicana
1916/1924 y 1965/1966, Ocupación de Haití 1915, Ocupación del Nicaragua 1926, Panamá
1918, Derrocamiento de Arbenz en Guatemala 1954, Ataques a Revolución Cubana
1960 y 61, derrocamiento del presidente de Brasil Joao Goulart 1964), Asesinato
del Che Guevara en Bolivia 1968, cruento golpe de Estado contra Salvador
Allende en Chile 1973)
El contexto inmediato de su
vida infantil y juvenil estuvo signado, según confiesa el poeta, por la lluvia
Austral, la selva, la frontera, la tuberculosis, la timidez, la pobreza.
Podemos resaltar entre los
factores y personas que influyeron en el forjamiento de su condición de
luchador revolucionario, internacionalista y solidario:
La lectura de la historia de
la tierra donde se crió de la mano de Don Alonso de Ercilla, autor de la
Araucana. En esta lectura conoció la gesta heroica de los indígenas en
resistencia al invasor español, su condición recia, “capaz de soportar fríos
mortales, hambre y calor” en tiempos de guerra.
Su abuelo, José Angel Reyes,
campesino con pocas tierras y muchos hijos.
Su Padre, José del Carmen
Reyes, quien salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los
puertos de Talcahuano y luego conductor de tren lastrero.
Su madre de crianza doña
Trinidad Candia Marverde a quien denominó: “el ángel tutelar de mi infancia”
Las lecturas infantiles y juveniles
de Búfalo Bill, de quien dijo no gustarle porque asesinaba indios. Y de Emilio
Salgari, escritor italiano de novelas de aventura, en especial Sandokan.
La poetisa chilena Gabriela
Mistral quien lo llevó, según él dijo, a la lectura de los clásicos rusos: Tolstoi,
Dostoievski, Chejov. Incluso estos autores rusos pueden ser considerados como
influyentes en la formación de Neruda.
El poeta francés Charles
Baudelaire, cuya obra estuvo traduciendo.
Destacada influencia en la
conformación del luchador social tendría el pensamiento anarquista libertario de
la que en algún momento confiesa siempre permaneció si desconfianza en las
formas del Estado. Autores como Greg Dawes y Jaime Concha incluso identifican
en el análisis de sus poesías rastros del ideario anarquista. Así se recoge su
participación como corresponsal en Temuco de la revista de la Federación de
Estudiantes Chilenos “Claridad”, de la que se declaró “militante político y
literario”.
En 1921 se incorpora a los
estudios universitarios en la ciudad de Santiago de Chile, experiencia en la
que comparte vida bohemia de poeta y vida de militante político y literario
bajo el liderazgo de José Santos González Vera, de Manuel Rojas y Alberto Rojas
Jiménez, intelectuales y luchadores de pensamiento y militancia anarquista en
el Federación de Estudiantes de Chile (FECH). Con especial influencia en Neruda
se menciona el asalto a la Casa de la Federación de Estudiantes por parte de la
llamada “juventud dorada” (los hijos de la oligarquía) que trajo entre sus impactos
el arresto, suplicio y muerte de Domingo Gómez Rojas “Joven esperanza de la
poesía chilena”. Así pues, los autores reconocen que la llamada generación del
año 20 en la cual se incorpora Neruda, estuvo marcada por el pensamiento
libertario, en especial el movimiento estudiantil, los intelectuales y
artistas.
De la conflictividad de los
años 20 el propio Neruda destaca en la página 64 de Confieso que he vivido “Los
estudiantes apoyábamos las reivindicaciones populares y éramos apaleados por la
policía en las calles de Santiago. A la Capital llegaban miles de obreros
cesantes del salitre y del cobre. Las manifestaciones y la represión
consiguiente teñían trágicamente la vida nacional”
Muy pronto, en 1927, de
apenas 23 años entra en la vida diplomática, inicialmente en Birmania, luego
Singapur y posteriormente, a inicio de los años 30 en España, lo que le permite
relacionarse con gran parte de la intelectualidad elite tanto de Europa como de
Latinoamérica, destacando entre otros a: García Lorca, Rafael Alberti, Miguel
Hernández, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, José
Bergamín.
En esa estadía en España es
testigo de los pocos años del experimento republicano de ese país ibérico (14
abril 1931/ 01 abril 1939), el cual avanzó en temas como la Reforma Agraria, el
divorcio, la autonomía de las regiones (Cataluña, País vasco, Galicia, etc.),
pero tuvo como factor de mayor resistencia la política del Estado frente a la
iglesia Católica.
El 18 de julio de 1936, a
partir del levantamiento armado del general Francisco Franco contra la
República. En palabras del poeta: “La revista debía aparecer el 19 de julio de
1936, pero aquel día se llenó de pólvora la calle. Un general desconocido,
llamado Francisco Franco, se había rebelado contra la República en su
guarnición en África”. De allí el mayor dolor sufrido por Neruda habría sido el
asesinato de García Lorca en Granada: “Y de ese modo la guerra de España, que
cambió mi poesía, comenzó para mí con la desaparición de un poeta.”
Como muestra del material
con el que estaba hecho su espíritu, Neruda rompió con sus prácticas la
neutralidad que le exigía su condición de diplomático. Escribió su libro
“España en el corazón”, participó activamente en la defensa de la República
Española.
Allí se fortaleció su
militancia solidaria con ese proceso y ese pueblo mancillados por las alianzas
de la derecha internacional, en su afán de contener el avance de los procesos
de democracia socialista en el mundo. Junto con otros intelectuales
progresistas tomaron iniciativas solidarias como la creación del Grupo
hispanoamericano de ayuda a España y la divulgación de una publicación de
poesía, junto a la intelectual británica Nancy Cunard, a la que denominaron
“Los Poetas del Mundo Defienden al Pueblo Español”, anunciando que los recursos
recaudados serían destinados a la solidaridad con el pueblo español. Así mismo
junto a su compañera de aquella época, Delia del Carril, convocaron y
organizaron un Congreso de Escritores antifascistas en Madrid y Valencia,
España. Participaron entre otros: Antonio Machado, Octavio Paz, Rafael Alberti,
Nicolás Guillen, Vicente Huidobro, como parte de los 110 delegados de unos 28 países.
Pero también como habría de confesarlo, fue en España que se distanció de la
corriente de pensamiento y acción anarquista para enlistarse en la corriente
comunista. Como él diría: “Aunque el carnet de militante lo recibí mucho más
tarde en Chile, cuando ingresé oficialmente al partido, creo haberme definido
ante mi mismo como comunista durante la guerra en España (…) Mientras esas
bandas (refiriéndose a los anarquistas españoles) pululaban en la noche ciega
de Madrid, los comunistas eran la única fuerza organizada que creaba un
ejército para enfrentarlo a los italianos, a los alemanes, a los moros y a los
falangistas. Y eran, al mismo tiempo la fuerza moral que mantenía la
resistencia y la lucha antifascista”.
Pero la mayor de las hazañas
militantes y solidarias la constituiría el esfuerzo por lograr que cientos de
españoles republicanos huyeran de las huestes fascistas, luego de su triunfo
militar. Habían muerto más de un millón de españoles, entre ellos mi abuelo
Regino Deza, caído en batalla en defensa de la República, y habían huido miles
cruzando la frontera hacia Francia, para luego ser apresados y recluidos en
campos de concentración.
El año 1939, con nuevo
gobierno en Chile, del Frente Popular, le asignan la misión especial de
rescatar y sacar hacia América miles de españoles presos en Francia, lográndolo
no sin enormes obstáculos provenientes de las resistencias de las fuerzas
derechistas de su propio país e internacionales. Así en una embarcación llamada
Winipeg logra embarcar para Chile unos dos mil refugiados españoles rumbo a
Chile. En esos mismos días estalla la Segunda Guerra Mundial. Gran hazaña que
siempre le enorgulleció.
Con posterioridad fue
nombrado Cónsul General en México, lo que ejerció hasta cansarse de la vida
diplomática, sobre todo de lo que denominó “absurdas pretensiones racistas de
algunas naciones sudamericanas, productos ellas mismas de múltiples
cruzamientos y mestizajes, es una tara de tipo colonial”.
En el año 45, producto de
las alianzas políticas es nombrado senador de la República de Chile. Desde ese
puesto de lucha se dedica a acompañar la lucha de los trabajadores organizados
en sindicatos por sus derechos laborales, no sin la extrema oposición de los
dueños del capital, quienes no dudarían de utilizar las fuerzas armadas para
impedirlo. Cuenta Neruda: “me acostumbré en aquellas largas giras a alojarme en las pobrísimas casas, casuchas o cabañas de
los hombres del desierto” y esos caminos lo llevaron a ingresar oficialmente al
partido comunista Chileno el 15 de julio de 1945.
Luego sufrió la traición,
que típicamente ocurre en nuestros países latinoamericanos de hombres electos
con el apoyo popular para luego transformarse a partir de los halagos y
presiones de los sectores dominantes y de la diplomacia estadounidense. Así
desde el gobierno electo con los votos de los comunistas fue rápidamente
ilegalizado el partido comunista, siendo obligado a ir a la clandestinidad por
más de año y medio, y al exilio a principios de 1949 nuestro poeta luchador
social. “Mis discursos se tornaron violentos y la sala del senado estaba
siempre llena para escucharme. Pronto se pidió y se obtuvo mi desafuero y se
ordenó a la policía mi detención”.
En el destierro recorrió
invitado por diversas organizaciones a recorrer la Unión Soviética, la India,
China, Italia. Regresa a Chile en el 52 y se dedica su obra poética en privado
hasta el 57.
Llama la atención su
autocritica de finales de los años 50 cuando de regreso a China en plena
revolución cultural manifiesta la repulsa que le causa el culto a la
personalidad, tal cual se practicó con el Stalin de la segunda guerra mundial y
que él compartió por considerarlo “como el vencedor avasallante de los
ejércitos de Hitler…”, pero que luego habría degenerado enigmáticamente, por lo
que rechazaba como píldora amarga que no estaba dispuesto a volver a tomar la
sustitución de un hombre por un mito, tal cual lo estaba observando en la China
revolucionaria, así como toda la revisión de las llamadas desviaciones
derechistas de muchos militantes chinos que fueron juzgados y sometidos al
escarnio y el ostracismo. Claramente Neruda no compartió tales políticas
autoritarias.
En el año 58 intentó hacer
una escala en Venezuela pero según él contó su desembarco fue impedido por
enorme cantidad de soldados enviados por el tirano favorito del Departamento de
Estado, Pérez Jiménez, quién muy pronto estaría depuesto y exiliado en Miami.
En 1952 es reconocido en la
Unión Soviética con el Premio Lenin de la Paz y el Stalin de l y en el año 1971
el nobel de la paz. En Chile le fue concedida la medalla Recabarren, destinada
a los mejores militantes del partido comunista.
Cultivó amistad con Fidel
Castro, el Che Guevara, Gabriel García Márquez, Miguel Otero Silva. Consideró a
la revolución cubana como la esperanza hecha realidad, defendiéndola en los
diferentes espacios en los que le tocó intervenir.
En el año 1969 le
correspondió el honor de ser designado por el Partido Comunista Chileno como su
candidato presidencial, oportunidad que aprovechó para contribuir de manera
significativa a la unidad de las izquierdas que se encontraban en pugna en su
país, unidad que se construyó alrededor de la figura de Salvador Allende,
candidato al que había apoyado las anteriores oportunidades en que se había
postulado y que ciertamente contaba con su apoyo y amistad.
Acompañó con pasión al
gobierno socialista y democrático presidido por Salvador Allende, sirviéndole
como Embajador en Francia. Sufrió las campañas de odio que saturaron Chile
contra la revolución cubana, contra los comunistas, contra los soviéticos,
contra la paz y la humanidad. Propaganda fascista lanzando la amenaza y el
miedo.
En 1973 fue una de las
víctimas de la reacción fascista propulsada por el imperialismo norteamericano
y ejecutada por el ejército chileno en nombre de los partidos de la derecha,
las transnacionales y la gran burguesía. Estuvo convencido de que a su
presidente y amigo lo asesinaron por la nacionalización del cobre.
Y como dijo Alí Primera: “era
mucho poeta para sobrevivir al hecho”, falleciendo 12 días después del cruento
golpe de estado del 11 de setiembre de 1973.
Termino este homenaje respondiendo
las preguntas con las que inicié esta reflexión: ¿por qué pensó Neruda como
pensó? ¿Qué fuerzas históricas moldearon su discurso en tanto tal, incorporando
sus prácticas y sus luchas? Estoy convencido de que nuestro poeta
revolucionario Pablo Neruda fue un revolucionario a carta cabal, un hombre de
pensamiento y acción, que nos legó una obra y un gran ejemplo. Fue un joven
anarquista cuando ser revolucionario en su país era serlo. Se convenció de la
necesidad de la lucha organizada y de la militancia disciplinada y se hizo
comunista hasta el fin de sus días. Fue un demócrata ejemplar pero que comprendía
el derecho de los pueblos a la rebelión cuando fuera sometido a la tiranía. Fue
un convencido de la necesidad del socialismo como camino creativo a la
emancipación de nuestra América latina, siempre de acuerdo a las condiciones
propias de la realidad de cada uno de nuestros países. Fue un convencido anti
imperialista, que denunció la agresiva política norteamericana de gran garrote
apoyando las dictaduras militares en nuestro continente.
No dudo ni por un segundo
que así como se batió en defensa de la República española y de la revolución
cubana, estaría hoy al lado de los bolivarianos defendiéndonos de los viles
ataques de los herederos de su despreciado Nixon.
Honor y Gloria a Pablo
Neruda!
Valencia, 20 de julio de
2018
domingo, 9 de octubre de 2016
Los usos sociales de la ciencia
Pierre
Bourdieu
Los usos sociales de la ciencia
Buenos Aires, Edit. Nueva Visión, 2000
“La idea de una ciencia neutra es una ficción, y es
una ficción interesada…”
PIERRE BOURDIEU, p. 47
Rigoberto
Lanz
De la abundantísima bibliografía que por
fortuna existe sobre el debate de la ciencia encontramos algunos clásicos que
necesitamos traer de nuevo a la agenda para situar las discusiones, para
ahorrarnos argumentaciones ya adquiridas, para fundamentar mejor los distintos
puntos de vista que se confrontan. En esa onda los trabajos de Pierre Bourdieu
son una delicia. En este caso la Editorial
Nueva Visión tuvo el ojo de compilar un par de artículos
legendarios en la producción de este consagrado autor. Convendría pues que las
animadas discusiones que mantenemos por estos días a propósito de la “Misión
Ciencia” en Venezuela pudieran echar manos de reflexiones de esta envergadura
epistemológica, y sobre todo, de la contundencia política que deliberadamente
Bourdieu asigna a un debate aparentemente alejado de las trifulcas ideológicas.
La tesis cardinal del autor (desplegada en
una obra que marca un derrotero fundamental para el pensamiento social
contemporáneo) es que los campos intelectuales
(el campo artístico, el campo científico, etc.) son territorios de luchas donde
se pone en juego la lógica del capital cultural, de los intereses, de las
disputas ideológicas, es decir, el juego de fuerzas de toda producción social.
La ciencia es otra forma de producción social atravesada por fuerzas
contextuales que la constituyen en su raíz (no sólo que la “influyen”
externamente). De los que trata es de la disputa permanente de un capital científico que impone su regla
a los actores del sistema, que distribuye los roles según la acumulación de ese
capital, que premia y castiga según
su propia lógica. A su interior se despliegan “…estrategias ideológicas disfrazadas de tomas de
posición epistemológicas…” (p.56).
La contribución de Pierre Bourdieu a una
“sociología de la ciencia” que develara sus trampas y sus mitificaciones es hoy
por hoy una de las más valiosas aportaciones teóricas para una reformulación
profunda de los modos de producción de conocimiento, es decir, para la tarea
mayor de superar la tiranía de los viejos paradigmas de la ciencia y la
técnica. Para los cándidos que todavía añoran los buenos tiempos de la idílica
“comunidad científica”, Pierre Bourdieu les recuerda esta perla: “La lucha
científica es una lucha armada entre adversarios que poseen armas tanto más
poderosas y eficaces cuanto más importante es el capital científico
colectivamente acumulado…” (p. 85)
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