sábado, 14 de septiembre de 2019

Liderazgo y Comunicación: discusiones actuales.


Liderazgo y Comunicación: discusiones actuales.
Dr. Ángel Emilio Deza Gavidia, Universidad de Carabobo, aedeza@uc.edu.ve , Telf.: 04265447774, alejandraguinand@gmail.com, Telf. 04162486892.
Lic. Alejandra Guinand, Universidad de Carabobo,
Resumen
Exploramos tendencias recientes en investigaciones que vinculan comunicación y liderazgo, destacando semejanzas: competencias comunicacionales y diferencias énfasis en distintos aspectos teóricos. Palabras clave: Comunicación, Liderazgo, Competencias, enfoques teóricos.
Si dos temas han tenido atención en el ámbito investigativo de las ciencias humanas y sociales, y más aún en las ciencias gerenciales han sido el del liderazgo y el de la comunicación.  Son incontables las definiciones que de una y de otra han sido publicadas atendiendo igualmente a múltiples criterios conceptuales y disciplinares. En el caso de la categoría “liderazgo” y con ella la de “líder” se reportan poco más o menos mil cuatrocientas dilucidaciones disímiles y con múltiples posibles usos (Volckmann, 2012). No obstante, pesquisas recientes en importantes centros de investigación han redescubierto la estrecha vinculación entre la noción “liderazgo” y la de “comunicación”, de las cuáles han surgido al menos cuatro tendencias centrales: “Liderazgo comunicativo” (Eriksen (1998), Axäll, (2004), Simonsson (2002), Johansson, Miller, & Hamrin (2011)),Comunicación de Liderazgo” (Barrett, (2006)), “Liderazgo Resonante” Garay M. (2010), “ y “Comunicación Liderazgo” (Hertzsch, Schneider, & Maier (2012) y Mayfield & Mayfield (2017))
La presente disertación pretende realizar una comparación entre tales tendencias, en cuanto a los fundamentos y tradiciones intelectuales en las que se establecen, así como entre sus supuestos y categorías secundarias.
Es decir que nos trazamos como objetivos:
1.    Analizar diversas teorías actuales que vinculan el liderazgo con la comunicación
2.    Realizar una comparación entre las tendencias teóricas analizadas.
Para ello se ejecutó una indagación de carácter bibliográfico en literatura científica publicada en diferentes idiomas, estableciendo un estado del arte y luego ejecutando una comparación de carácter teórico entre las diferentes tendencias identificadas en cuanto a la relación entre liderazgo y comunicación. De ello se obtuvo que tienden a coincidir en la necesidad de competencias comunicacionales desarrolladas por los líderes y a diferenciarse en cuanto a la influencia de diversos factores tales como la transferencia de sentido o significado versus la construcción de sentido y significado, la priorización por la influencia del encuadre en la teoría del liderazgo comunicativo, de la inteligencia emocional en las teorías de comunicación de liderazgo y liderazgo resonante, y finalmente la de la Teoría del Lenguaje Motivador y la teoría de los actos de habla en la tendencia autodenominada Comunicación Liderazgo.
Liderazgo Comunicativo: Se trata de una tradición de investigación y teorización realizada en universidades de Suecia desde finales de los años 90 del siglo XX. Destaca como precursor el estudio de las capacidades comunicativas de los líderes del sector público en el contexto del Estado de Bienestar, realizado por el politólogo sueco Erik Oddvar Eriksen (Eriksen, E. O. (1997). Kommunikativt ledarskap - om styrning av offentliga institutioner. Göteborg: Daidalos.)
Antecedentes: A partir del estudio publicado por (Eriksen, 1998) se plantea un nuevo tipo de filosofía de liderazgo y dirección de organizaciones empresariales modernas con pretensiones de ser más humana y racional, anclada en la valorización adecuada de la formación y personalidad de los colaboradores (Axäll, 2004, pág. 8). Tal filosofía critica expresamente las tesis del Taylorismo, en particular el autoritarismo del liderazgo que se deriva de ello y que se tradujo en el carácter jerárquico y rígido del contexto organizacional
Parte de la constatación de transformaciones socio históricas de las últimas décadas del siglo XX que han impactado cualitativamente en cuanto a: mejoras de los trabajadores en cuanto a su formación académica (habilidades superiores), a la consecuente demanda de reciprocidad y democratización, a modificaciones profundas en las empresas en cuanto a modelos de gestión (mayor complejidad organizacional, superior valorización de los procesos, ampliación del flujo de información y mayor cantidad  de conductos de comunicación) (Axäll, 2004). Entre los cambios resaltan el descarte de las jerarquías controladoras y reguladoras pronunciadas, que progresivamente fueron sustituidas a partir de las descentralizaciones y conformación de equipos de trabajo, nuevos roles de liderazgo.
El liderazgo solo puede "sobrevivir" al pasar de un enfoque estratégico a un enfoque orientado a la comprensión " (Eriksen, 1998, pág. 175).
El otro cambio tiene que ver con la visión del hombre. Que se habría traducido en necesidad de cambiar de ser meramente dador de órdenes en una comunicación unidireccional a una perspectiva de diálogo revalorizándose la capacidad de comunicar de los líderes. (Axäll, 2004, pág. 11)
Eriksen, citado por Axäll, Jenny (2004)  enfatiza en que “Lo que se requiere son las organizaciones descentralizadas, así como la racionalidad comunicativa en la forma más pura posible” (Axäll, 2004, pág. 48) de las decisiones complejas.
Por su parte (Johansson, Miller, & Hamrin, 2011) han orientado sus estudios a partir de la valoración de la interacción de los líderes y empleados en el contexto organizacional, los resultados y cambios que se han producido en las organizaciones, tomando como variables centrales “diálogo, fijación participativa de metas y explicación de los propósitos, participación en la toma de decisiones, creación de energía y compromiso, evaluación del desempeño y retroalimentación, intercambio de conocimiento, establecimiento de colaboración e implementación de decisiones (Johansson, Miller, & Hamrin, 2011, pág. 9/10) .
De esta mirada teórica puede identificarse como supuestos generales: (1) “los cambios estructurales sociales allanaron el camino para una mayor Liderazgo comunicativo.” (Eriksen, 1998, pág. 175); (2) “los líderes comunicativos son mejores comunicadores que otros líderes y gerentes, y que tienen profundas influencia en las actitudes, el bienestar y el rendimiento de los empleados” (Johansson, et al. 2011, p. 7), y (3) Co-construcción dinámica de significado entre los actores de la organización” (Johansson, et al., 2011, p. 15), mediante la cual “los individuos dan sentido al desarrollo de conversaciones construyendo significado”
La categoría central de esta teoría es el liderazgo comunicativo,  desarrollada por equipos de investigación en Suecia, entre los que resaltan Eriksen (1998), Axäll(2004), Johansson, et al (2011), (Simonsson, 2002), además de a Högström, Bark, Bernstrup, Heide, & Skoog (1999) y Nordblom & Hamrefors, (2007) se fundamenta primordialmente en el construccionismo social, subrayando habilidades del líder para elaborar discursos, la capacidad tanto de construir como de otorgar sentido y de enmarcar las situaciones.
El Liderazgo Comunicativo es entendido en estas investigaciones como una destreza o un conjunto de destrezas practicadas por el líder en la acción de tejer sus disertaciones, lo que implica  su competencia por una parte para construir y conferir sentido y  por otra de, simultáneamente, encuadrar las situaciones. (Johansson, et al, 2011, p. 8)
Identifica y expone la teoría del liderazgo comunicativo cuatro características individuales, a manera de prerrequisitos que deben cumplir los líderes cuya fortaleza básica es la comunicación:
(1)Noción profunda acerca del tema comunicacional, de lo que deriva la programación juiciosa e intencional de diversidad de modalidades de comunicación adecuadas situacionalmente y de acuerdo a características propias de sus interlocutores, (2) Formación constante en técnicas comunicacionales. (3) Buena predisposición respecto al hecho comunicacional, (4) Habilidad comunicativa. (Johansson, et al. 2011, p.13)
Los principios deducidos de las investigaciones en tanto cualidades desarrolladas por el líder comunicativo son ocho (1)Promoción de la autogestión de los seguidores mediante adecuada delegación de autoridad, la asunción de rol de coach, transmisión de convicción y ofrecimiento de soporte; (2) Suministro de pautas estructurantes facilitadoras del trabajo, con escucha activa de la retroalimentación recibida de los trabajadores y voluntad de corrección, (3) Establecimiento participativo de expectativas claras, prioridades, objetivos y metas bien delineadas, así como pautas de evaluación; (4) Postura accesible, respetuosa, empática; (5)Teje redes comunicacionales que le permita la compilación y procesamiento de información oportuna y pertinente para conocer y promover potenciales acciones remediales; (6)Practica la receptividad efectiva frente a las oportunidades de mejora sugeridas por los seguidores; (7) Ejercicio del diálogo activo, con tendencia a manifestarse carismáticos y visionarios. Proporcionar el encuadre de las situaciones e influir en la construcción de sentidos y (8) Participación activa en la construcción colectiva de sentido, involucrándose en diálogo constante y utilización de historias y narrativas, así como pláticas formales e informales.
Por otra parte, el liderazgo comunicativo se caracteriza por el uso de las herramientas comunicacionales, de manera transparente, consciente, sistemática, en un marco de cultura abierta, como medio cardinal en la ejecución del control organizacional. A partir de lo cual se logra el entendimiento y participación de los seguidores, por la permanente práctica de la plática formal e informal en intercambio de sentires y sentido (Simonsson 2002 y Axäll 2004). Los autores acusan el peligro de que pueda apreciarse a los seguidores o colaboradores como entes pasivos, por lo cual de manera explícita reconocen en ellos a comunicadores activos, de lo que deriva que para el liderazgo comunicativo es esencial tal característica de los seguidores así como las características del contexto organizacional. (Simonsson, 2002)
De allí que la valoración de los colaboradores se asume como primordial, por lo que el líder busca explícitamente ser fuente de inspiración, así como generador de las condiciones más favorables para el logro del éxito por parte de cada uno de los miembros del equipo de trabajo (Axäll, 2004)
Este tipo de liderazgo, según comparte Simonsson (2002) demanda que la interacción entre los integrantes sea, además de expresiva, emocional, para lo cual son prescritas un conjunto de movimientos significativos:           El diálogo permanente acerca de las cosas grandes y pequeñas de la organización, el intercambio honesto y sincero, así como, la creación de significado.
Por su parte (Tufvesson, 2004) sostiene que, aun cuando se reconoce que una de las funciones fundamentales del liderazgo es lograr en otros el cambio de comportamiento y conductas, “Nadie puede cambiar a nadie más. Solo a través de conversaciones e intercambio de argumentos, en un diálogo real, los actores pueden revisar sus puntos de vista para que conduzcan a un cambio en el comportamiento y la conducta” (Tufvesson, 2004) citado por (Axäll, 2004, pág. 50)
Sostiene Eriksen (1998, p. 50/51) que lo hace distintivo este tipo de liderazgo es la interconexión de decisiones y comunicaciones pasadas, presentes y futuras, lo que se traduce en una característica muy importante como lo es la predictibilidad de las decisiones y del comportamientos del líder, lo que deriva en confiabilidad. Igualmente, el equilibrio entre la confianza en tanto aceptación de pertenencia al grupo y la distancia necesaria para el ejercicio de la autoridad.
El elemento que queremos resaltar en esta tendencia teórica está en la construcción colectiva de significados a partir del sentido que los participantes dan al desarrollo de los diálogos. De ello se capta la influencia enfoques sociológicos tales como el interaccionismo simbólico y el construccionismo social pues en el estudio cualitativo de los discursos de los líderes se identifica las nociones de: enmarcar (interaccionismo simbólico) y dar sentido y crear sentido (construccionismo social).
Entonces se asume que el seguimiento de lineamientos por parte de los empleados implica la comprensión construida colectivamente en diálogo e interacción, a partir de la capacidad del líder de enmarcar la situación y otorgar sentido mediante el uso apropiado de narrativas (Johansson, Miller, & Hamrin, 2011).
Para los efectos de estas investigaciones el enmarcar o encuadrar se entiende, a partir de (Goffman, 1974) como la acción de delimitar o puntualizar lo que acontece en una determinada situación, en términos de especificar qué es lo que se incluye, que se excluye y en que se está haciendo énfasis. Por su parte, la creación o construcción de sentido implica el despliegue de significados que pudieran ordenar operaciones futuras, a manera de involucramiento de todos los actores pertinentes (líderes y seguidores) en influencia recíproca en la comprensión de los problemas y quehaceres organizacionales.
Entre las variantes identificadas de esta teoría se encuentra la teoría de la comunicación de liderazgo expresada en la transmisión de significados y sentidos. Esta teoría es reivindicada por (Barrett, 2006) quien es profesora en la Rice University in Houston, Texas, USA, En este caso la autora reclama la originalidad de su concepto de “leadership communication” adjudicándole alta apreciación a partir de la optimización de las aptitudes, habilidades y competencias de comunicación de los líderes desde la aplicación de inteligencia emocional en la comunicación empresarial efectiva.
Para este autor se trata de “la transferencia de sentido controlada y con propósito por la cual los líderes influyen en una sola persona, un grupo, una organización o una comunidad. (…) utiliza toda la gama de habilidades y recursos de comunicación para superar las interferencias y crear y entregar mensajes que guíen, dirijan, motiven o inspiren a otros a la acción”. (Barrett, 2006, pág. 389)
La comunicación de liderazgo estriba en la habilidad de transmitir un perfil positivo, o más específicamente, un espíritu positivo, tanto dentro como fuera de una organización, labrando una excelente notoriedad, lo cual está vinculado con la confianza que se inspira y la credibilidad percibidos por los interlocutores, quienes los aprecian como conocedores, con autoridad, honestos y confiables.
Un elemento clave en esta concepción es el desarrollo superior de la inteligencia emocional en tanto capacidad de comprender las propias emociones y las de otras personas (Barrett, 2006), lo cual vincula esta categoría con la desarrollada por Garay M. (2010) quien propone la categoría liderazgo resonante, en la cual se entiende la “resonancia” como “el resultado de la comunicación emprendida por el líder y que impulsaría la acción sobre la base de un clima emocional positivo” (Garay M., 2010, pág. 65), la cual partiría de la regulación de las emociones vía sistema limbillo o límbico, en correspondencia con las propuestas enunciadas por Goleman en su tesis acerca de la Inteligencia Emocional, pero con la incorporación de otro elemento teórico que denomina modelos mentales: ” En la mente llevamos imágenes, supuestos e historias, denominados `modelos mentales´, los que no sólo determinan el modo de interpretar el mundo, sino también la manera de actuar” (Garay M., 2010, pág. 65). Tales modelos podrían ser conscientes o inconscientes, explícitos o sobreentendidos, modificando o distorsionando la apreciación que cada persona tiene acerca de los mensajes que le son transmitidos.
La otra tradición relevante en cuanto a la relación de la comunicación con el liderazgo en lo que se ha dado en llamar Comunicación Liderazgo, la cual es producto a de la convergencia en una misma categoría de dos tradiciones. Por una parte está la propuesta que viene siendo desarrollada en Alemania, específicamente en la Universidad Koblenz Landau desde la Psicología de la Comunicación por el equipo conformado por Hertzsch, H., Schneider, F. M., & Maier, M., y por la otra está la propuesta, de origen estadounidense, del equipo de Jackeline Mayfield y Milton Mayfield de la Texas A&M International University, y de la Association for Business Communication, cuyo punto disciplinar de arranque es la Comunicación Empresarial como campo multidisciplinar y multicultural (Mayfield & Mayfield, 2017)
La tradición alemana se concreta en un modelo que comienza por reconocer, a partir de múltiples investigaciones empíricas, que de las teorías desarrolladas en torno al fenómeno del liderazgo la que se conecta más con las competencias comunicativas es la del liderazgo LMX, dado la consideración de la diada líder/seguidores y sus énfasis en la valoración otorgada por estos últimos. Así mismo, identifica posibilidades de acuerdo entre los teóricos en torno a la noción de “habilidades o competencia de comunicación” en su relación con otras tantas competencias ancladas en prerrequisitos tales como el conocimiento previo. Para ellos tales habilidades tendrían componentes comportamentales y cognitivos, pero más importante e influyente sería “el criterio de definición de la adecuación situacional y social del modo de comunicación” (Hertzsch, Schneider, & Maier, 2012). Es decir que en este modelo el contexto de la valoración de la competencia comunicacional del líder estaría determinada por el marco normativo de la organización, pero también moderada por la cultura organizacional. Así mismo se reflejaría en tres dimensiones, a saber: (1) Comprensión de la cultura corporativa pertinente en términos de los aspectos de formulación verbal correspondiente, acerca de las redes sociales específicas, así como los correspondientes rituales; (2) destrezas apropiadas para adecuar el conocimiento en función de  implementar modificaciones de los comportamientos; (3) disposición positiva a  aplicar efectivamente los conocimientos y habilidades existentes.
Las cuales se concretan en un conjunto de características de la comunicación liderazgo:
1)    El líder informa y anima generando expectativas positivas y propiciando aliento para avanzar en el tema de referencia.
2)    Se parte de que tanto líder como seguidores ostentan al menos un mínimo de capacidades comunicativas, que contienen  las de carácter cognitivo y las de modalidad conativa (capacidad de dirigir la conducta del oyente)
3)    Herramientas de competencia comunicativa:
a.    Habilidad de expresión verbal nítida y precisa.
b.    Capacidades motivadoras
c.    Mutua disposición a la retroalimentación en atención a optimizar las propias  habilidades en atención a ulteriores interacciones
d.    Satisfacción tanto de líder como de colaboradores en función de compartir la interpretación de lo platicado.
e.  Manejo de variables de contexto moderado tales como la satisfacción laboral, el compromiso y los comportamientos de rol adicionales (ciudadanía, familiaridad) de los colaboradores
Por su parte la tradición estadounidense manifiesta su influencia clave en la llamada Teoría del Lenguaje Motivador atribuida a Sullivan (1988), la que a su vez se desprende de la Teoría de los Actos de Habla (Austin, 1975 y Searle, 1969). Tales teorías están ancladas en supuestos tales como: (1) Preferencia por las locuciones orales en la comunicación líder/ seguidores, (2) Imprescindible la coherencia entre propósitos, acciones y palabras en función de la influencia sobre los comportamientos de los seguidores, y (3) La influencia del líder tiende a ser la variable interviniente  en el efecto del lenguaje motivador en cada contexto determinado. (Sullivan (1988) citado por (Mayfield, Mayfield, & Kopf, 1995))
En todo caso se asume que el papel del lenguaje motivador es el de disminuir la incertidumbre de los colaboradores en los procesos organizacionales, así como el de propiciar el salto desde las creencias típicas de las predisposiciones de los individuos hacia el conocimiento certero de los esquemas mentales promovidos por la organización. (Mayfield, Mayfield, & Sharbrough, 2015), aun cuando la competencia comunicacional incluye la creación de significados o sentido, así como la construcción colectiva de modelos mentales que incidan en la identificación simbólica (roles, estatus, propósitos sociales, valores).
Desde la teoría de los actos de habla se entiende que los líderes utilizan estos como promotores de actos de comportamiento, asumiendo de entre los tres tipos (Perlocucionario, locucionario e ilocucionario) es el locucionario el que incide en la construcción de sentido, es decir, en la asimilación por parte de los trabajadores de los modelos mentales, valores, prácticas, entre otros elementos de la cultura organizacional, mientras que del acto Ilocutorio se deriva la empatía que facilita el vínculo humano, y el Ilocutorio es utilizado para direccionar el logro de metas.  Por ello se asume que en los actos de habla se abarca se realiza completamente la Comunicación Liderazgo, aun cuando se reconoce una amplia influencia de los factores derivados de la cultura organizacional, o también aquellos de orden institucional, con los que se co-crea la realidad organizacional.
En fin, luego de explorar las diferentes tendencias actuales en torno a la relación entre comunicación y liderazgo podemos extraer:
1.    Existen al menos cuatro corrientes explicativas que se diferencian fundamentalmente en cuanto al anclaje en diferentes tradiciones teóricas y disciplinas de las ciencias sociales. Aun cuando tienden a coincidir en el elemento correspondiente a las necesarias competencias comunicacionales que debe exhibir el liderazgo en las organizaciones: Liderazgo comunicativo,  comunicación de liderazgo, Liderazgo Resonante y Comunicación Liderazgo.
2.    Las teorías de Liderazgo comunicacional y de Comunicación Liderazgo coinciden en otorgar a la competencia de liderazgo la facultad de construir colectivamente sentido y significado. La primera explícitamente desde las teorías micro sociológicas del interaccionismo simbólico y la del construccionismo social y la segunda desde la teoría de los actos de habla y del lenguaje motivador.
3.    La teoría de la comunicación de liderazgo enfatiza en la transmisión de sentido (no incluye la construcción) e incorpora la Inteligencia emocional, coincidiendo con la teoría del liderazgo resonante. Esta última  a su vez destaca la noción de modelos mentales, que también es recogido por la teoría Comunicación Liderazgo.
4.    Se distingue la teoría Comunicación Liderazgo por el valor otorgado a la influencia de las variables derivadas tanto de la cultura organizacional como de los factores institucionales. En el caso del liderazgo comunicativo se reconoce la influencia del contexto y el carácter activo de los seguidores.

Referencias Bibliográficas

Axäll, J. (2004). Kommunikativt ledarskap- ett ledarskap för moderna organisationer. Kvalitativ studie med ansats att definiera begreppet. Medie-och kommunikationsvetenskap, framlagd. Recuperado de: https:/uu-diva-portal.org/smash/get/diva2:351855/FULLTEXT01.pdf.
Barrett, J. D. (2006). Strong communication skills a must for today´s leaders. Hadbook of Bussiness Strategy vol 7 (1), 385-390.
Eriksen, E. O. (1998). Kommunikativt ledarskap. Om styrning av offentliga instittutioner. AB: Göteborg: Daidalos.
Garay M., M. (2010). Comunicación y liderazgo: sin comunicación no hay lider. Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación N° 33, 61-72.
Goffman, E. (1974). Frame anaysis. An essay on the organization of experience. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Hertzsch, H., Schneider, F. M., & Maier, M. (2012). Zur Kommunikationskompetenz von Führrungkräften- Vorschlag eines integrativen Rahmenmodells [The communication competence of management personnel - Suggestion of an integrative framework model]. En R. (. Reinhardt, Wirstschaftspsychologie und Organisationserfolg Business [Business psychology and organizational success] (págs. 414-425). Lengerich, Germany: Pabst.
Johansson, C., Miller, V., & Hamrin, S. (2011). Communicative Leadership Theories. concepts, and Central Communication Behaviors. Sweden: CORE (Communication, Organization, Research, Education), DEMICON (Departament of Media and Communication). Recuperado de: https://www.academia.edu/22652442/Communicative_leadership_theories_concepts_and_central_communication_behaviors.
Mayfield, J., Mayfield, M., & Kopf, J. (1995). Motivating languaje: Explorring theory with scale development. Journal of Business Comunication, N° 32, 329-344.
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Mayfield, M., & Mayfield, J. (2017). "What´s past is prologue". Alook at past leadership communication research with view toward the future. International Journal of Business Communication, 54 (2). doi: 10.1177/2329488416687050, 107-114.
Simonsson, C. (2002). Den kommunikativa utmaningen. En studie av kommunikationen mellan chef och medarbatare i en modern organisation. Lund: Lund University: Diss.
Tufvesson, A. (26 de 03 de 2004). Intervju pa Effekt Management. Effect Management.
Volckmann, R. (08 de Junio de 2012). Fresh Perspective: Barbara Kellerman and the Leadership Industry. Recuperado el 08 de 07 de 2019, de Integral Leadership Review: http://integralleadershipreview.com/7064-barbara-kellerman-and-the-leadership-industry/





Homenaje a Pablo Neruda el luchador revolucionario, en sus 114 años


Homenaje a Pablo Neruda el luchador revolucionario, en sus 114 años.
Dr. Angel Emilio Deza

Como homenajear al que quizás haya sido el poeta latinoamericano más destacado del siglo XX. Yo diría que conociéndolo mejor, su vida, su obra, su lucha. Integrándolo a nuestra vida.
Descubriendo las encrucijadas en que se cruzan los hilos de nuestras vidas.
Hoy rendimos homenaje al gran luchador social y político que resultó ser el gran poeta Chileno, nuestroamericano, camarada Pablo Neruda, justo a los a los 114 años de su nacimiento y 82 años del inicio de esa gran herida aun no cicatrizada en la historia de la humanidad como lo es la Guerra Civil Española.
No dudo ni por un instante que desde su talante bolivariano estaría acompañándonos en esta lucha por la segunda independencia, por nuestra completa descolonización, por nuestra liberación de quienes pretenden torcer nuestro brazo frente a la férrea decisión de ser soberanos.
Coincido en tal sentido con Marcos Pinto Echeverría, cuya lección de vida escuché con mucha atención el jueves pasado en el Museo de Valencia, pues lo recordó desde las vivencias de lucha en su Chile natal, cuando puso su nombre a disposición por la unidad de los revolucionarios chilenos en la conquista del gobierno por la vía democrática, para luego acompañar al gran Salvador Allende en esa brillante lección de dignidad humana que resultó ser el gobierno de la Unidad Popular entre 1970 y 1973.
Yo soy de otra generación, de otra formación y de otras vivencias. Por ello agradezco me hayan dado la oportunidad de ser el vocero de este homenaje en la celebración de los ciento catorce años de vida del insigne Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basualto (1904/1973) mejor conocido como Pablo Neruda.
Y, brindo este homenaje desde mi formación, o dirían mis amigos de Barinas, desde mi deformación disciplinar, siendo incisivo en el conocer a este ser humano ejemplar desde las preguntas ¿por qué pensó Neruda como pensó? ¿Qué fuerzas históricas moldearon su discurso en tanto tal, incorporando sus prácticas y sus luchas? Siempre bajo la convicción del supuesto de que la conciencia social está determinada por el ser social por lo que los seres humanos en tanto seres históricos, somos siempre el resultado de las tensiones dialécticas de nuestras fuerzas internas con las de las circunstancias en las que nos ha tocado vivir.
Y en este examinar con acento sociológico, pero sin la pretensión cientificista de la objetividad del conocimiento, me adentro yo mismo en la intersección de mi vida con la vida de Don Pablo Neruda, como él se reconoció en su intersección de vida con nuestro libertador Simón Bolívar, cuando escribió:
Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
"Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo".
Porque como parte de la magia que caracteriza nuestra visión del mundo a lo garciamarquino, nos encontramos con Neruda en Bolívar, en las luchas por la liberación de los pueblos oprimidos, en el comunismo, en la viva herida que el fascismo hizo a la República Española con su cruenta guerra civil de 1936 a 1939, y la otra de aquel 11 de setiembre del 73 contra el pueblo chileno. Siendo que ante esta última cantaría nuestro Alí Primera:
La montaña quedó muda partida por la mitad
No canta Pablo Neruda los versos del General
Porque era mucho poeta
Para ver morir su pueblo
Y sobrevivir al hecho.
Y nos encontramos en este nuevo renacer de Bolívar en su bicentenario, con su pueblo levantado siguiendo sus ideales como bien lo profetizó el poeta, siguiendo a ese otro gigante bolivariano Hugo Chavez Frías.
Entonces conocemos a Neruda primero desde el reconocimiento de la época en que le tocó forjarse como luchador.
Su micro biografía, convencidos de que fue marcado indeleblemente por sus vivencias, sus seres queridos y su tierra.
En Confieso que he vivido, el poeta nos deja entrever su idea de que su vocación la hereda de su madre cuando comenta: “Allí había un retrato de mi madre. Era una señora vestida de negro, delgada y pensativa. Me han dicho que escribía versos, pero nunca los vi, sino aquel hermoso retrato”. Mientras que su pasión por los desposeídos, por los trabajadores, obreros y campesinos, tendría raíz en su padre, del cual decía: “Salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los diques del puerto de Talcahuano, terminando como ferroviario en Temuco. Era conductor de un tren lastrero…”
Y aquí abro un paréntesis para aquello de los cruces y encrucijadas, pues también mi abuelo era trabajador ferroviario, en este caso en los tranvías de la Madrid de los años 20 y principios de los 30 del siglo XX.
El mundo en el que se forjó Neruda fue un mundo de transición. Poco menos de ochenta años de independencia del imperio español, el cual rápidamente fue sustituido en su hegemonía mundial por el imperio inglés que comandaba a otros tantos imperios europeos que conquistaron y colonizaron África, Asia y Oceanía: Francia, Holanda, Bélgica por un lado, Japón, Rusia, Turquía entre otros disputándose las influencias políticas, los territorios y los mercados. Y en América, con su doctrina Monroe, el imperio estadounidense construyendo su hegemonía sobre la base del gran garrote.
En Europa y Norteamérica se había consolidado la revolución industrial y con ella el liberal capitalismo salvaje. La clase obrera, nueva clase hija del capitalismo se consolida como tal y de ella surgen doctrinas políticas en la búsqueda de su emancipación del duro yugo con el que ya nació en el marco de las relaciones sociales de producción propias del capitalismo: el socialismo libertario, el socialismo utópico y el socialismo científico.
Los primeros veinte años del siglo XX en la historia eurocentrista nos destaca esa enorme confrontación inter imperial que desataría la llamada Primera Guerra Mundial (1914/ 1919) y en su contexto la primera revolución socialista de la historia: la Revolución Rusa (1917).
En nuestra américa, la américa morena, los procesos de modernización se daban de manera desigual entre los diferentes países, como procesos de inserción de nuestras sociedades en el mercado capitalista mundial. Pasábamos de ser sociedades agrarias envueltas en guerras intestinas lideradas por caudillos, y guerras entre pueblos hermanos (por ejemplo, la Guerra del Paraguay de 1860 y 1870, o la llamada Guerra del Pacífico de 1873 entre Chile y Bolivia, a partir de la cual Bolivia pierde su acceso al mar y la Guerra Civil chilena de 1891) a sociedades urbanas subdesarrolladas en vías de industrialización. Destaca en este contexto la relevancia de la Revolución Mexicana de 1910.
El Chile de finales de siglo XIX y principios de XX era una sociedad en transición de una típicamente agraria, en la que el origen del poder político era la propiedad de la tierra, a otra en la cual se fortalecía la economía minera constituyéndose una oligarquía urbano rural fundamentada tanto en la propiedad de la tierra como en los grandes capitales. Es una sociedad en la que comenzaban a crecer, con la migración del campo a la ciudad, grupos de artesanos, técnicos, funcionarios públicos y oficiales del ejército como sectores medios y la reciente clase obrera con los campesinos que permanecieron el ámbito rural. Era una sociedad lejana a la armonía, muy por el contrario, con ardientes conflictos sociales en el cual estaba siempre en la palestra la denominada “Cuestión Social” manifiesta en continuas huelgas y protestas populares protagonizadas por los trabajadores.
Tocó vivir al poeta los influjos lejanos de la primera guerra mundial y de la Revolución Rusa, pero ser protagonista de la Europa de los preparativos de la Segunda Guerra Mundial, con los esfuerzos geoestratégicos del gran capital por contener el avance y consolidación en Europa de la experiencia socialista: el surgimiento del Fascismo, del Nazismo. Padeció en carne propia la Guerra Civil Española (1936/1939) la Segunda Guerra Mundial (1939/1945) y con ella la entrada a la llamada Era Atómica, los procesos de descolonización de los años 50, Las Guerras en Indochina, la Revolución Cubana, la Guerra Fría, las crudas expresiones del Neocolonialismo en nuestra américa (República Dominicana 1916/1924 y 1965/1966, Ocupación de Haití 1915, Ocupación del Nicaragua 1926, Panamá 1918, Derrocamiento de Arbenz en Guatemala 1954, Ataques a Revolución Cubana 1960 y 61, derrocamiento del presidente de Brasil Joao Goulart 1964), Asesinato del Che Guevara en Bolivia 1968, cruento golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile 1973)
El contexto inmediato de su vida infantil y juvenil estuvo signado, según confiesa el poeta, por la lluvia Austral, la selva, la frontera, la tuberculosis, la timidez, la pobreza.
Podemos resaltar entre los factores y personas que influyeron en el forjamiento de su condición de luchador revolucionario, internacionalista y solidario:
La lectura de la historia de la tierra donde se crió de la mano de Don Alonso de Ercilla, autor de la Araucana. En esta lectura conoció la gesta heroica de los indígenas en resistencia al invasor español, su condición recia, “capaz de soportar fríos mortales, hambre y calor” en tiempos de guerra.
Su abuelo, José Angel Reyes, campesino con pocas tierras y muchos hijos.
Su Padre, José del Carmen Reyes, quien salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los puertos de Talcahuano y luego conductor de tren lastrero.
Su madre de crianza doña Trinidad Candia Marverde a quien denominó: “el ángel tutelar de mi infancia”
Las lecturas infantiles y juveniles de Búfalo Bill, de quien dijo no gustarle porque asesinaba indios. Y de Emilio Salgari, escritor italiano de novelas de aventura, en especial Sandokan.
La poetisa chilena Gabriela Mistral quien lo llevó, según él dijo, a la lectura de los clásicos rusos: Tolstoi, Dostoievski, Chejov. Incluso estos autores rusos pueden ser considerados como influyentes en la formación de Neruda.
El poeta francés Charles Baudelaire, cuya obra estuvo traduciendo.
Destacada influencia en la conformación del luchador social tendría el pensamiento anarquista libertario de la que en algún momento confiesa siempre permaneció si desconfianza en las formas del Estado. Autores como Greg Dawes y Jaime Concha incluso identifican en el análisis de sus poesías rastros del ideario anarquista. Así se recoge su participación como corresponsal en Temuco de la revista de la Federación de Estudiantes Chilenos “Claridad”, de la que se declaró “militante político y literario”.
En 1921 se incorpora a los estudios universitarios en la ciudad de Santiago de Chile, experiencia en la que comparte vida bohemia de poeta y vida de militante político y literario bajo el liderazgo de José Santos González Vera, de Manuel Rojas y Alberto Rojas Jiménez, intelectuales y luchadores de pensamiento y militancia anarquista en el Federación de Estudiantes de Chile (FECH). Con especial influencia en Neruda se menciona el asalto a la Casa de la Federación de Estudiantes por parte de la llamada “juventud dorada” (los hijos de la oligarquía) que trajo entre sus impactos el arresto, suplicio y muerte de Domingo Gómez Rojas “Joven esperanza de la poesía chilena”. Así pues, los autores reconocen que la llamada generación del año 20 en la cual se incorpora Neruda, estuvo marcada por el pensamiento libertario, en especial el movimiento estudiantil, los intelectuales y artistas.
De la conflictividad de los años 20 el propio Neruda destaca en la página 64 de Confieso que he vivido “Los estudiantes apoyábamos las reivindicaciones populares y éramos apaleados por la policía en las calles de Santiago. A la Capital llegaban miles de obreros cesantes del salitre y del cobre. Las manifestaciones y la represión consiguiente teñían trágicamente la vida nacional”
Muy pronto, en 1927, de apenas 23 años entra en la vida diplomática, inicialmente en Birmania, luego Singapur y posteriormente, a inicio de los años 30 en España, lo que le permite relacionarse con gran parte de la intelectualidad elite tanto de Europa como de Latinoamérica, destacando entre otros a: García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, José Bergamín.
En esa estadía en España es testigo de los pocos años del experimento republicano de ese país ibérico (14 abril 1931/ 01 abril 1939), el cual avanzó en temas como la Reforma Agraria, el divorcio, la autonomía de las regiones (Cataluña, País vasco, Galicia, etc.), pero tuvo como factor de mayor resistencia la política del Estado frente a la iglesia Católica.
El 18 de julio de 1936, a partir del levantamiento armado del general Francisco Franco contra la República. En palabras del poeta: “La revista debía aparecer el 19 de julio de 1936, pero aquel día se llenó de pólvora la calle. Un general desconocido, llamado Francisco Franco, se había rebelado contra la República en su guarnición en África”. De allí el mayor dolor sufrido por Neruda habría sido el asesinato de García Lorca en Granada: “Y de ese modo la guerra de España, que cambió mi poesía, comenzó para mí con la desaparición de un poeta.”
Como muestra del material con el que estaba hecho su espíritu, Neruda rompió con sus prácticas la neutralidad que le exigía su condición de diplomático. Escribió su libro “España en el corazón”, participó activamente en la defensa de la República Española.
Allí se fortaleció su militancia solidaria con ese proceso y ese pueblo mancillados por las alianzas de la derecha internacional, en su afán de contener el avance de los procesos de democracia socialista en el mundo. Junto con otros intelectuales progresistas tomaron iniciativas solidarias como la creación del Grupo hispanoamericano de ayuda a España y la divulgación de una publicación de poesía, junto a la intelectual británica Nancy Cunard, a la que denominaron “Los Poetas del Mundo Defienden al Pueblo Español”, anunciando que los recursos recaudados serían destinados a la solidaridad con el pueblo español. Así mismo junto a su compañera de aquella época, Delia del Carril, convocaron y organizaron un Congreso de Escritores antifascistas en Madrid y Valencia, España. Participaron entre otros: Antonio Machado, Octavio Paz, Rafael Alberti, Nicolás Guillen, Vicente Huidobro, como parte de los 110 delegados de unos 28 países. Pero también como habría de confesarlo, fue en España que se distanció de la corriente de pensamiento y acción anarquista para enlistarse en la corriente comunista. Como él diría: “Aunque el carnet de militante lo recibí mucho más tarde en Chile, cuando ingresé oficialmente al partido, creo haberme definido ante mi mismo como comunista durante la guerra en España (…) Mientras esas bandas (refiriéndose a los anarquistas españoles) pululaban en la noche ciega de Madrid, los comunistas eran la única fuerza organizada que creaba un ejército para enfrentarlo a los italianos, a los alemanes, a los moros y a los falangistas. Y eran, al mismo tiempo la fuerza moral que mantenía la resistencia y la lucha antifascista”.
Pero la mayor de las hazañas militantes y solidarias la constituiría el esfuerzo por lograr que cientos de españoles republicanos huyeran de las huestes fascistas, luego de su triunfo militar. Habían muerto más de un millón de españoles, entre ellos mi abuelo Regino Deza, caído en batalla en defensa de la República, y habían huido miles cruzando la frontera hacia Francia, para luego ser apresados y recluidos en campos de concentración.
El año 1939, con nuevo gobierno en Chile, del Frente Popular, le asignan la misión especial de rescatar y sacar hacia América miles de españoles presos en Francia, lográndolo no sin enormes obstáculos provenientes de las resistencias de las fuerzas derechistas de su propio país e internacionales. Así en una embarcación llamada Winipeg logra embarcar para Chile unos dos mil refugiados españoles rumbo a Chile. En esos mismos días estalla la Segunda Guerra Mundial. Gran hazaña que siempre le enorgulleció.
Con posterioridad fue nombrado Cónsul General en México, lo que ejerció hasta cansarse de la vida diplomática, sobre todo de lo que denominó “absurdas pretensiones racistas de algunas naciones sudamericanas, productos ellas mismas de múltiples cruzamientos y mestizajes, es una tara de tipo colonial”.
En el año 45, producto de las alianzas políticas es nombrado senador de la República de Chile. Desde ese puesto de lucha se dedica a acompañar la lucha de los trabajadores organizados en sindicatos por sus derechos laborales, no sin la extrema oposición de los dueños del capital, quienes no dudarían de utilizar las fuerzas armadas para impedirlo. Cuenta Neruda: “me acostumbré en aquellas largas giras a alojarme  en las pobrísimas casas, casuchas o cabañas de los hombres del desierto” y esos caminos lo llevaron a ingresar oficialmente al partido comunista Chileno el 15 de julio de 1945.
Luego sufrió la traición, que típicamente ocurre en nuestros países latinoamericanos de hombres electos con el apoyo popular para luego transformarse a partir de los halagos y presiones de los sectores dominantes y de la diplomacia estadounidense. Así desde el gobierno electo con los votos de los comunistas fue rápidamente ilegalizado el partido comunista, siendo obligado a ir a la clandestinidad por más de año y medio, y al exilio a principios de 1949 nuestro poeta luchador social. “Mis discursos se tornaron violentos y la sala del senado estaba siempre llena para escucharme. Pronto se pidió y se obtuvo mi desafuero y se ordenó a la policía mi detención”.
En el destierro recorrió invitado por diversas organizaciones a recorrer la Unión Soviética, la India, China, Italia. Regresa a Chile en el 52 y se dedica su obra poética en privado hasta el 57.
Llama la atención su autocritica de finales de los años 50 cuando de regreso a China en plena revolución cultural manifiesta la repulsa que le causa el culto a la personalidad, tal cual se practicó con el Stalin de la segunda guerra mundial y que él compartió por considerarlo “como el vencedor avasallante de los ejércitos de Hitler…”, pero que luego habría degenerado enigmáticamente, por lo que rechazaba como píldora amarga que no estaba dispuesto a volver a tomar la sustitución de un hombre por un mito, tal cual lo estaba observando en la China revolucionaria, así como toda la revisión de las llamadas desviaciones derechistas de muchos militantes chinos que fueron juzgados y sometidos al escarnio y el ostracismo. Claramente Neruda no compartió tales políticas autoritarias.
En el año 58 intentó hacer una escala en Venezuela pero según él contó su desembarco fue impedido por enorme cantidad de soldados enviados por el tirano favorito del Departamento de Estado, Pérez Jiménez, quién muy pronto estaría depuesto y exiliado en Miami.
En 1952 es reconocido en la Unión Soviética con el Premio Lenin de la Paz y el Stalin de l y en el año 1971 el nobel de la paz. En Chile le fue concedida la medalla Recabarren, destinada a los mejores militantes del partido comunista.
Cultivó amistad con Fidel Castro, el Che Guevara, Gabriel García Márquez, Miguel Otero Silva. Consideró a la revolución cubana como la esperanza hecha realidad, defendiéndola en los diferentes espacios en los que le tocó intervenir.
En el año 1969 le correspondió el honor de ser designado por el Partido Comunista Chileno como su candidato presidencial, oportunidad que aprovechó para contribuir de manera significativa a la unidad de las izquierdas que se encontraban en pugna en su país, unidad que se construyó alrededor de la figura de Salvador Allende, candidato al que había apoyado las anteriores oportunidades en que se había postulado y que ciertamente contaba con su apoyo y amistad.
Acompañó con pasión al gobierno socialista y democrático presidido por Salvador Allende, sirviéndole como Embajador en Francia. Sufrió las campañas de odio que saturaron Chile contra la revolución cubana, contra los comunistas, contra los soviéticos, contra la paz y la humanidad. Propaganda fascista lanzando la amenaza y el miedo.
En 1973 fue una de las víctimas de la reacción fascista propulsada por el imperialismo norteamericano y ejecutada por el ejército chileno en nombre de los partidos de la derecha, las transnacionales y la gran burguesía. Estuvo convencido de que a su presidente y amigo lo asesinaron por la nacionalización del cobre.
Y como dijo Alí Primera: “era mucho poeta para sobrevivir al hecho”, falleciendo 12 días después del cruento golpe de estado del 11 de setiembre de 1973.
Termino este homenaje respondiendo las preguntas con las que inicié esta reflexión: ¿por qué pensó Neruda como pensó? ¿Qué fuerzas históricas moldearon su discurso en tanto tal, incorporando sus prácticas y sus luchas? Estoy convencido de que nuestro poeta revolucionario Pablo Neruda fue un revolucionario a carta cabal, un hombre de pensamiento y acción, que nos legó una obra y un gran ejemplo. Fue un joven anarquista cuando ser revolucionario en su país era serlo. Se convenció de la necesidad de la lucha organizada y de la militancia disciplinada y se hizo comunista hasta el fin de sus días. Fue un demócrata ejemplar pero que comprendía el derecho de los pueblos a la rebelión cuando fuera sometido a la tiranía. Fue un convencido de la necesidad del socialismo como camino creativo a la emancipación de nuestra América latina, siempre de acuerdo a las condiciones propias de la realidad de cada uno de nuestros países. Fue un convencido anti imperialista, que denunció la agresiva política norteamericana de gran garrote apoyando las dictaduras militares en nuestro continente.
No dudo ni por un segundo que así como se batió en defensa de la República española y de la revolución cubana, estaría hoy al lado de los bolivarianos defendiéndonos de los viles ataques de los herederos de su despreciado Nixon.
Honor y Gloria a Pablo Neruda!

Valencia, 20 de julio de 2018

domingo, 9 de octubre de 2016

Los usos sociales de la ciencia



Pierre Bourdieu
Los usos sociales de la ciencia
Buenos Aires, Edit. Nueva Visión, 2000

“La idea de una ciencia neutra es una ficción, y es
una ficción interesada…”
PIERRE BOURDIEU, p. 47

                                                                                                                      Rigoberto Lanz


     De la abundantísima bibliografía que por fortuna existe sobre el debate de la ciencia encontramos algunos clásicos que necesitamos traer de nuevo a la agenda para situar las discusiones, para ahorrarnos argumentaciones ya adquiridas, para fundamentar mejor los distintos puntos de vista que se confrontan. En esa onda los trabajos de Pierre Bourdieu son una delicia. En este caso la Editorial Nueva Visión tuvo el ojo de compilar un par de artículos legendarios en la producción de este consagrado autor. Convendría pues que las animadas discusiones que mantenemos por estos días a propósito de la “Misión Ciencia” en Venezuela pudieran echar manos de reflexiones de esta envergadura epistemológica, y sobre todo, de la contundencia política que deliberadamente Bourdieu asigna a un debate aparentemente alejado de las trifulcas ideológicas.
     La tesis cardinal del autor (desplegada en una obra que marca un derrotero fundamental para el pensamiento social contemporáneo) es que los campos intelectuales (el campo artístico, el campo científico, etc.) son territorios de luchas donde se pone en juego la lógica del capital cultural, de los intereses, de las disputas ideológicas, es decir, el juego de fuerzas de toda producción social. La ciencia es otra forma de producción social atravesada por fuerzas contextuales que la constituyen en su raíz (no sólo que la “influyen” externamente). De los que trata es de la disputa permanente de un capital científico que impone su regla a los actores del sistema, que distribuye los roles según la acumulación de ese capital, que premia y castiga según su propia lógica. A su interior se despliegan “…estrategias ideológicas disfrazadas de tomas de posición epistemológicas…” (p.56).
     La contribución de Pierre Bourdieu a una “sociología de la ciencia” que develara sus trampas y sus mitificaciones es hoy por hoy una de las más valiosas aportaciones teóricas para una reformulación profunda de los modos de producción de conocimiento, es decir, para la tarea mayor de superar la tiranía de los viejos paradigmas de la ciencia y la técnica. Para los cándidos que todavía añoran los buenos tiempos de la idílica “comunidad científica”, Pierre Bourdieu les recuerda esta perla: “La lucha científica es una lucha armada entre adversarios que poseen armas tanto más poderosas y eficaces cuanto más importante es el capital científico colectivamente acumulado…” (p. 85)